Ir a un restaurante sensorial está de moda. Sentir cómo se intensifican los sentidos del tacto, gusto, oído y olfato cuando el sentido de la vista se anula en una “comida a ciegas” es una experiencia sensorial y gastronómica difícil de olvidar. Cada vez son más los restaurantes que se suman a esta modalidad, ¿sabes en qué consiste y cómo se desarrolla?

Estamos inmersos en un mundo dominado por “lo visual”, no sólo “comemos por la vista” si no que nos alimentamos de numerosos estímulos visuales, y los demás sentidos quedan relegados a un segundo plano en el mundo de las percepciones sensoriales.

“Comer a oscuras”, ¿en qué consiste?

En este marco, para acentuar y estimular los otros sentidos en el mundo de la gastronomía, muy condicionado por el aspecto visual de los platos, numerosos restaurantes ofrecen la posibilidad de “comer a oscuras”. Modalidad en la que los comensales comen en absoluta oscuridad y no tienen conocimiento de los ingredientes que componen el plato que están degustando. En algunos casos los camareros son personas invidentes que guían a los comensales en esta experiencia.

En esta modalidad sensorial en la que el mayor aliado, la vista, es anulado, se crea un escenario ideal que obliga a activar y fortalecer el sabor, el tacto y el olfato a la hora de degustar distintos platos, algo a lo que no estamos acostumbrados. Se descubren texturas, olores y sabores que permiten afloran emociones  y sentimientos desconocidos y que son compartidos con el resto de comensales de la mesa.

Al final de la velada, normalmente, se les enseña a los comensales, a través de fotografías,  los platos que han degustado pero que no han podido ver y, en este punto es donde las sorpresas están aseguradas. Se hacen patentes toda clase de confusiones, engaños gustativos y sorpresas que dejan boquiabiertos a los participantes.

Confunden alimentos básicos de un plato como por ejemplo carne en lugar de pescado; prueban nuevos alimentos que jamás hubieran probado por su aspecto visual y les parecen exquisitos; prefieren las bebidas edulcoradas cuando siempre han pensado que saben mejor las azucaradas, etc.

¿Dónde podemos vivir esta experiencia sensorial y gastronómica?

Los restaurantes que ofrecen esta modalidad de “cena a oscuras” están empezando a aflorar en las principales ciudades de España como Madrid, Barcelona o Valencia pero a nivel mundial en ciudades como Zurich, Berlín, Viena, Londres o París éste es un tipo de experiencia sensorial que vienen ofreciendo desde hace ya algunos años.

“Café Silencio”

Siguiendo esta tendencia, donde cobra especial relevancia la falta de un sentido, ya hay en marcha otras iniciativas como “Café Silencio”, donde los camareros son personas sordas, y donde está prohibido hablar.

cata a ciegas

“Luces de juegos coloreadas en sala de catas”

En Consumolab, sabemos lo importantes que son los sentidos a la hora de degustar un alimento, por ello cuando queremos que el aspecto visual de un alimento no influya en la percepción gustativa del mismo, utilizamos luces de juegos coloreadas en algunos de los estudios que realizamos.

Las luces de juegos coloreadas es un cambio de luz que se produce en la sala de catas, de una luz blanca habitual a una luz roja o de otro color, generalmente se utiliza la luz roja porque enmascara mejor el color de los alimentos.

De este modo la percepción sólo se realiza en boca y no afecta el aspecto visual a la valoración global del alimento. Esta práctica evita el generar expectativas en la persona que cata el alimento cuando el objetivo es que no influya en aspecto en la valoración del alimento.

cenar con los sentidos

Un ejemplo claro de cómo nos afecta visualmente un alimento, es a la hora de degustar una copa de vino con una tonalidad de color rojo intenso lo que nos predispone a pensar que el vino está envejecido en barrica, es un vino añejo. Los alimentos con colores intensos y oscuros nos inducen a pensar que el sabor es fuerte o picante y los alimentos con colores con tonos claros o neutros atenúan la percepción del sabor, hacia sabores más suaves o dulces.

Este tipo de experiencias sensoriales nos hace ver cómo influyen sentidos, en este caso la vista, a la hora de degustar alimentos y, nos permiten sentir por un día lo que los otros experimentan constantemente, algo que resulta enriquecedor para ambas partes. ¿Has participado alguna vez en una experiencia sensorial de este tipo?, ¿conoces otro tipo de experiencia sensorial donde se unan sentidos y gastronomía? Compártelo.

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